Jesús se encuentra a su Madre Santísima
camino al Calvario.
 
Pensamientos sobre la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Nº 1
29 de junio, 2014

"¡Oh! cómo el Corazón de mi Madre traspasado a causa de mis penas se desbordaba en el mío y yo sentía a lo vivo todas sus heridas, y al verla agonizante y que no moría, a causa de mi muerte, yo sentía en mi Corazón el desgarro, la crudeza de su martirio y sentía las penas que sentía el Corazón de mi amada Madre por mi muerte, y por eso mi Corazón moría junto al suyo, así que todas mis penas, unidas a las penas de mi Madre, sobrepasaban todo. Por eso era justo que mi Madre Celestial tuviera el primer puesto en mi Corazón, tanto en el dolor como en el amor, porque cada pena sufrida por mi Madre por amor a mí, abría mares de gracias y de amor que se volcaban en su Corazón traspasado."

S. de D. Luisa Piccarreta
Volumen XII, enero 27, 1919

 

Cada sufrimiento de Jesús produjo una luz divina.
 

 

Pensamientos sobre la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Nº 2
5 de julio, 2014

"¡Hija mía, cada pena que sufrí, cada gota de sangre, cada llaga, oración, palabra, acción, paso, etc., produjo una luz en mi humanidad, que me embellecía de tal modo que tenía cautivados a todos los bienaventurados.

Ahora bien, el alma, en cada pensamiento de mi pasión, en cada compasión, reparación, etc. que hace, no hace otra cosa que tomar luz de mi humanidad, embelleciéndose a mi semejanza; de manera que un pensamiento más de mi pasión será una luz más que le traerá un gozo eterno. »

S. de D. Luisa Piccarreta
Vol. 11, 23 de abril de 1916

 

 

Les daré mis mismos méritos,
como si yo estuviera sufriendo en acto mi Pasión.
 

 

Pensamientos sobre la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Nº 3
12 de julio, 2014

Luisa Piccarreta a Jesús: « Dime, mi bien, ¿qué les darás en recompensa a los que hagan las Horas de la Pasión como tú me has enseñado? »

Jesús: « Hija mía, estas Horas no las veré como cosas vuestras, sino como cosas hechas por mí, y les daré mis mismos méritos, como si yo estuviera sufriendo en acto mi Pasión, y así haré que obtengan los mismos efectos, según la disposición de las almas; esto en la tierra, y por lo cual, mayor bien no podría darles; después, en el cielo, a estas almas las pondré frente a mí, hiriéndolas con flechas de amor y de felicidad, por cuantas veces hayan hecho las Horas de mi Pasión, y ellos también me me herirán con sus flechas. ¡Qué dulce encanto será esto para todos los bienaventurados! »

S. de D. Luisa Piccarreta
Vol. 11, 23 de abril de 1916

 

El alma que participa en mis penas
está en contacto con la Divinidad y puede obtener lo que quiere.
 

 

Pensamientos sobre la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Nº 4
18 de julio, 2014

"Hija mía, el primer significado de mi Pasión contiene gloria, alabanza, honor, agradecimiento, reparación a la Divinidad. El segundo es la salvación de las almas y todas las gracias que se necesitan para obtener esta finalidad. De manera que, quien participa en las penas de mi Pasión, su vida contiene estos mismos significados, y no sólo, sino que toma la misma forma de mi Humanidad, y como mi Humanidad está unida con la Divinidad, también el alma que participa en mis penas está en contacto con la Divinidad y puede obtener lo que quiere. Es más, sus penas son como llaves para abrir los tesoros divinos; esto mientras vive acá abajo, y después allá en el Cielo también le está reservada una gloria distinta que le es dada por mi Humanidad y mi Divinidad, de manera que se asemeja a mi misma luz y gloria, y será una gloria más especial para toda la corte celestial, que le será dada por medio de esta alma, por lo que yo le he comunicado, porque por cuantas más almas se han asemejado a mí en las penas, tanto más de dentro de la Divinidad saldrá luz y gloria, y toda la corte celestial participará de esta gloria."

S. de D. Luisa Piccarreta
Vol. 4, Febrero 8, 1902

 

Yo te hago don de mi Pasión,
a fin de que te sirva a ti y para quien quieras tú.
 

 

Pensamientos sobre la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Nº 5
25 de julio, 2014

"Hija mía, cuánta ruina hace en el alma la soberbia, basta decirte que pone un muro de división entre la criatura y Dios, y que de ser imágenes mías quedan transformadas en demonios.
Si tanto te duele y te desagrada que las criaturas sean tan ciegas que ellas mismas no entienden ni ven el precipicio en el que se encuentran, y tanto deseas que yo las ayude, mi Pasión le sirve al hombre como vestidura que le cubre las más grandes miserias, lo embellece y le restituye todo el bien que por el pecado se había quitado y había perdido; así que yo dono mi Pasión, a fin de que te sirva para ti y para quien tú quieras."

S. de D. Luisa Piccarreta
Vol. 6, Mayo 30, 1904

 

Hubiera querido sufrir todo
para evitar que la criatura sufriera todo cúmulo de males.
 

 

Pensamientos sobre la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Nº 6
1 de agosto, 2014

"Hija mía, mi Humanidad, siendo Hombre y Dios, veía presentes todos los pecados, los castigos, las almas perdidas; hubiera querido aferrar en un solo punto todo esto y destruir los pecados, los castigos y salvar a las almas; así que hubiera querido sufrir no solo un día de Pasión, sino todos los días para poder contener todo en sí misma estas penas, y ahorrárselas a las pobres criaturas. Con todo esto que hubiera querido y podido, puesto que habría podido destruir el libre albedrío de las criaturas destruyendo este cúmulo de males, ¿pero qué sería del hombre sin méritos propios? ¿Sin su voluntad en el obrar el bien? ¿Qué papel haría él? ¿Sería digno de mi sabiduría creadora? Ciertamente no. . .
Mi Humanidad no debía quebrantar mi sabiduría creadora, la debía adorar como la adoró y se resignó a recibir los vacíos de la justicia en, pero no en la Divinidad, porque estos vacíos de la justicia divina se llenan con castigos en esta vida, en el purgatorio y en el infierno. Así que, si mi Humanidad se resignó a todo esto, ¿es que tal vez quieres tú superarme y sufrirlo todo, para hacer que no castigue a la gente? Hija mía, unifícate conmigo y estate en paz.""

S. de D. Luisa Piccarreta
Vol. 6, Noviembre 13, 1904

 

Todas las penas que Jesús sufrió
en su Pasión fueron triples.
 

 

Pensamientos sobre la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Nº 7
8 de agosto, 2014

"Hija mía, no sólo la coronación de espinas fue triple, sino casi todas las penas que sufrí en mi Pasión fueron triples. Triples fueron las tres horas de agonía en el huerto; triple fue la flagelación, flagelándome con tres diferentes flagelos; tres veces me desnudaron; por tres veces fui condenado a muerte: de noche, de madrugada, y en pleno día; tres fueron las caídas bajo la cruz; tres los clavos; tres veces mi corazón derramó sangre: en el huerto por sí mismo, de su propio centro en el acto de la crucifixión cuando fui estirado sobre la cruz, tanto, que todo mi cuerpo quedó dislocado y mi corazón se destrozó por dentro y derramó sangre; y después de mi muerte cuando con una lanza me fue abierto el costado; triples las tres horas de agonía sobre la cruz.

Si se quisiera examinar todo, ¡oh! cuántas cosas triples se encontrarían. Esto no fue por casualidad, sino que todo fue por el orden divino, y para completar la gloria debida al Padre, la reparación que se le debía de parte delas criaturas, y para merecer el bien para las mismas criaturas, porque el don más

grande que la criatura ha recibido de Dios, ha sido el haberla creado a su imagen y semejanza y haberla dotado con tres potencias: la inteligencia, la memoria y la voluntad, y no hay culpa que cometa la criatura en la que estas tres potencias no concurran, y por eso mancha, estropea la bella imagen divina que contiene en sí misma, sirviéndose del mismo don recibido para ofender al Donador; y yo, para rehacer de nuevo esta imagen divina en la criatura, y para que toda aquella gloria que la criatura le debía a Dios le fuera dada, he concurrido con toda mi inteligencia, mi memoria y mi voluntad, y de manera especial en estas cosas triples sufridas por mí, para hacer que se fueran completas tanto la gloria que se le debía al Padre, como el bien que era necesario a las criaturas."

S. de D. Luisa Piccarreta
Vol. 6, Septiembre 26, 1904

 

Ten siempre ante tu mente la luz de mi Pasión.
 

 

Pensamientos sobre la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Nº 8
22 de agosto, 2014

"Hija mía, ten siempre ante tu mente la luz de mi Pasión, porque al ver mis acerbísimas penas, las tuyas te parecerán pequeñas, y al considerar la causa por la que sufrí tantos dolores inmensos, que fue el pecado, los más pequeños defectos te parecerán graves. En cambio, si no te miras en Mí, las más pequeñas penas te parecerán pesadas y los defectos graves los tomarás como cosa de nada."

S. de D. Luisa Piccarreta
Vol. 2. Septiembre 2, 1899

 

La cruz es la encarnación del alma en Dios.
 

 

Pensamientos sobre la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Nº 9
29 de agosto, 2014

"Hija mía, en la Creación yo le di al alma mi imagen, en la Encarnación le di mi Divinidad, divinizando a la humanidad. Y en el mismo acto en que se encarnó la Divinidad en mi humanidad, en aquel mismo instante se encarnó en la cruz, de manera que desde el instante en que fui concebido fui concebido unido a la cruz, y se puede decir que como la cruz estuvo unida a mí en la Encarnación en el seno de mi Madre, así la cruz forma otras tantas encarnaciones mías en el seno de las almas; y así como forma mi encarnación en las almas, así la cruz es la encarnación del alma en Dios, que destruye en ella todo lo que es humano, y llenándola tanto de la Divinidad, que forma una especie de encarnación de Dios en el alma y del alma en Dios."

S. de D. Luisa Piccarreta
Vol. 6, Diciembre 22, 1903

 

Quise que mi carne fuera dispersada en pedazos.
 

 

Pensamientos sobre la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Nº 10
5 de septiembre, 2014

"Hija mía, quise que mi carne fuera dispersada en pedazos, que mi sangre fuera derramada por toda mi Humanidad, para reunir a toda la humanidad dispersa; de hecho, todo lo que de mi Humanidad fue arrancado: mi carne, mi sangre, mis cabellos, hice que en mi Resurrección nada quedará disperso sino que todo volvió a estar reunido de nuevo en mi Humanidad, de este modo yo reincorporaba a todas las criaturas en mí; así que después de esto, quien de mí queda separado, es por su obstinada voluntad que de mí se arranca para ir a perderse."

S. de D. Luisa Piccarreta
Vol. 8. Septiembre 6, 1908