San Anibal

 

 

Los Papas y

la Pasión de

Nuestro Señor Jesucristo

 

 

 

 

S.S. Juan Pablo II,
Audiencia general de los miércoles;
7 de abril de 1993.

  ¡Qué gran misterio es la pasión de Cristo: Dios, hecho hombre, sufre por salvar al hombre, cargando con toda la tragedia de la humanidad!

S.S. Benedicto XVI,
Santuario de Mariazell;
8 de septiembre del 2007

  Jesús transformó la pasión, su sufrimiento y su muerte, en oración, en un acto de amor a Dios y a los hombres. Por eso, los brazos extendidos de Cristo crucificado son también un gesto de abrazo, con el que nos atrae hacia sí, con el que quiere estrecharnos entre sus brazos con amor. De este modo, es imagen del Dios vivo, es Dios mismo, y podemos ponernos en sus manos.

San León Magno,
Sermón 15 sobre la Pasión.
 

  El que quiera de verdad venerar la pasión del Señor debe contemplar de tal manera a Jesús crucificado con los ojos del alma, que reconozca su propia carne en la carne de Jesús.

S.S. Juan Pablo II
XIV Jornada mundial de la juventud;
28 de marzo de 1999

  Al contemplar a Jesús en su pasión, vemos como en un espejo los sufrimientos de la humanidad, así como nuestras situaciones personales. Cristo, aunque no tenía pecado, tomó sobre sí lo que el hombre no podía soportar: la injusticia, el mal, el pecado, el odio, el sufrimiento y, por último, la muerte.

S.S. Juan Pablo II
XV Jornada mundial de la juventud;
29 de junio de 1999.

  Pasión quiere decir amor apasionado, que en el darse no hace cálculos: la pasión de Cristo es el culmen de toda su existencia “dada” a los hermanos para revelar el corazón del Padre. La Cruz, que parece alzarse desde la tierra, en realidad cuelga del cielo, como abrazo divino que estrecha al universo. La Cruz «se manifiesta como centro, sentido y fin de toda la historia y de cada vida humana».

 

El Magisterio de la Iglesia y la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. . .

Los Santos y la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. . .